En esta temporada de Halloween que mejor que una novela con brujas, posesiones y un asesino suelto... Mario Mendoza nos hace recorrer las calles de Colombia.
Se licenció en Letras en Bogotá y se graduó en Literatura hispanoamericana en la Fundación José Ortega y Gasset Toledo. Ha impartido clases de Literatura durante más de diez años y ha publicado novelas como La ciudad de los umbrales, Scorpio City, El viaje Loco Tafur y Satanás, galardonada con el Premio Biblioteca Breve. Libros de relatos La travesía del vidente, Premio Nacional de Literatura del Instituto Distrital de Cultura Turismo de Bogotá en 1995, y Escalera cielo (2004).
Al investigador privado Frank Molina, borracho, marihuanero y paciente psiquiátrico, lo alcanza su pasado con una cuenta de cobro cuando la policía lo llama para que los asesore con unos extraños asesinatos. Un sacerdote atormentado por los secretos que esconde de su juventud se enfrenta a un gran peligro. Y una joven pintora descubre que no es una artista, sino una hechicera que atesora poderes ancestrales.
Uff, cómo empezar a hablar de este libro. Quería leer este libro en temporada de Halloween para sentir que esta temporada está llena de brujería y posesiones, así que planeé la LC para estas fechas.
No tenía muchas expectativas de la historia porque no conocía al autor, así que me dejé llevar.
Empezó genial, me encantó que cada personaje tuviera un distinto narrador, de esa forma uno como lector puede identificarlos sin ningún problema. Además, tenemos a uno en segunda persona, lo que me permitió sentirme el personaje y comprender mejor sus emociones.
Hay mucha diversidad en ellos ya que, aunque todos están rodeados de muerte y grandes reflexiones, tienen pensamientos son únicos y muy variados.
Disfruté mucho que el autor abarcara una gran cantidad de temas como lo es el feminismo, brujería, eutanasia, venganza, dolor, histeria, enfermedades mentales, posesiones, religión, etc. Fue interesante y a la vez un poco tedioso porque la reflexión es intensa. Y justo esto fue algo que hizo que mi experiencia con este libro poco común. Llegó en un punto crítico de mi vida donde estoy replanteando muchas de mis ideologías y pensamientos, sobretodo en el ámbito de la religión.
Me gustaron también las referencias literarias que pude encontrar, se nota la inspiración del autor en historias como la de El retrato de Dorian Grey, Jekyll and Mr. Hyde, Narraciones extraordinarias de Allan Poe, entre otras.
Ya conforme iba avanzando la historia, todo iba mejorando. Mi personaje favorito definitivamente fue el padre Lázaro por lo compleja que era su narrativa y por sus debates filosóficos y morales.
Frank también tuvo su complejidad y fue clave para que la historia se desarrollara. Sus conflictos fueron sumamente interesantes y detallados.
Las posesiones, visiones y momentos paranormales son fascinantes en la narrativa de Leticia, con la cual también podemos ver el futuro y el pasado a través de sus ojos. Me hizo querer investigar y aprender más sobre estos temas. Su perspectiva femenina también aporta mucho en temas tabú de la sociedad, prejuicios a las mujeres y la humillación.
En cierto punto me recordó al estilo de Guillermo Arriaga con sus característicos 3 personajes que se conectan inevitablemente. Solo que aquí se nota una gran diferencia en la narrativa y el estilo porque el autor es colombiano, detalle que también me hizo conocer mejor a este país tan bonito.
Eso si, fue repetitivo en muchas ocasiones, ya había entendido ciertas cosas y seguía diciéndolas y diciéndolas. Simplemente estaba ya harto de eso. Pero bueno, continúe.
Continuaron pasando un montón de cosas en cada capítulo que ya no sabía cual era el camino de la historia. Todo era impredecible, pero de forma extraña ya no era sorpresivo. Y así llegué al final del libro… insatisfecho. Me gustó que fuera una novela policiaca con tintes paranormales, pero hubo muchos temas que se desaprovecharon.
En específico el personaje de Leticia, el cual tenía un montón de potencial que no fue utilizado. Me hubiera gustado que su historia tuviera un mayor impacto en la historia, pero tristemente si no hubiera estado, la trama se hubiera comprendido de igual forma.
A diferencia de Leticia, Lázaro y Frank tuvieron un desenlace maravilloso y trágico.
Pero el villano… No sé como decirlo de manera bonita. Pero se me hizo completamente absurdo la conclusión de los asesinatos. Me encantaron sus motivos y sus explicaciones, pero se notó que el autor lo eligió por conveniencia y no por lógica. Algo que disfrutamos los lectores en este tipo de novelas es el poder hacer teorías y tratar de deducir quién es el asesino, pero aquí es imposible.
Ustedes me dirán: “Rodrigo, que tu no hayas podido deducir al asesino no lo hace un mal libro”. Comprendo, pero el autor te despista muchas veces y nuevamente, de manera ilógica surge el culpable.
En lo personal sentí que la historia perdió mucha fuerza en el último tercio del libro. Ya no tuvo el mismo impacto.
Aun así, me quedo con un buen sabor de boca al adentrarme en la obra de Mario Mendoza y si me dan ganas de leer más de él. Escribe muy chido y describe a detalles las cosas, una excelente forma de adentrarte de lleno en la novela.
En fin, me pone muy contento el haber podido compartir esta lectura con muchos de ustedes y tener la oportunidad de platicar con el autor, quien es muy agradable y enriqueció la lectura.
Agradezco el apoyo de la editorial Planeta con la lectura conjunta.
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