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Carta: Como agua para chocolate de Laura Esquivel

Actualizado: 22 nov 2020

Esta novela es perfecta para leer en días lluviosos, nos dará un recorrido gastronómico a la par de una historia llena de romances y pasiones.



Escritora, guionista y política mexicana.

A raíz de la publicación de Como agua para chocolate, su primera novela, alcanzó reconocimiento internacional y se convirtió en una de las escritores mexicanas más importantes. Fue la primera autora extranjera en ser premiada con el American Booksellers Book of the Year en 1994, además de haber recibido una gran cantidad de reconocimientos. También ha publicado Malinche, Tan veloz como el deseo, Estrellita marinera y El diario de Tita.


 

Tita de la Garza, es la hija más pequeña de un linaje de mujeres en tiempos de la Revolución. De acuerdo con una costumbre cruel, se ve obligada a renunciar al amor de su vida para cuidar a su madre. Pero su vitalidad, su apasionamiento y necesidad de expresión la llevan a volcarse hacia la cocina, la entrega a los otros y afirmarse a si misma. En este proceso genera un maridaje perfecto entre el amor, la sensualidad de la gastronomía, la cosmovisión mágica, el erotismo, la alquimia emocional, la revaloración del papel de lo femenino, la sanación interior y el humor.



Sabiendo que existía una película y por las ganas que tenía de verla, me propuse leer esta novela para poder darme una opinión de lo escrito antes de lo visual.

Además de haber sido ampliamente recomendada por familiares.


Nada más al pasar unas cuantas páginas me percaté que el estilo de escritura, el tipo de historia y sus personajes, me recordaban mucho a las reconocidas historias de Jane Austen, Louis May Alcott y Emily Brontë. Fue cuando entendí la razón por la cual esta novela había recibido tantos premios y reconocimientos.


Antes de iniciarla, creía que una persona amante de la gastronomía era el público al cual se dirigía la autora. Nada que ver, todo mundo puede disfrutar del contenido independientemente de si le saben mucho a la cocina o no. La consideraría una novela familiar con toques románticos cliché, sin embargo al tener la característica gastronómica se vuelve único su contenido.


El libro se podría considerar un recetario con historias que los personajes relacionan con cada uno de los doce platillos que nos enseñan a preparar. Y esa idea de relacionar la gastronomía mexicana con relatos llenos de tradiciones y costumbres de la época revolucionaria me pareció bastante original e inolvidable.


La mezcla entre instrucciones para preparar un platillo y la narración de la vida de Tita, fue hecha a la perfección, dándole un nuevo enfoque al estilo literario, además de introducirte a una nueva perspectiva de la exquisita comida mexicana.


Y precisamente la comida se vuelve un personaje más en esta enternecedora historia, ya que nos damos cuenta que gracias a esta la gente se une, comparte emociones y coinciden en pasiones y gustos. También nos enseña que el que prepara la comida transfiere sus emociones y sus pensamientos, para que cada paladar que pruebe su sabor reciba el impacto. Lo cual me pareció algo muy bonito y cierto. Cocinar es un arte, y como cualquier obra de arte, siempre transmite los sentimientos del autor.


Las descripciones que se hacen de la comida son tan realistas que por momentos llegaba a sentir el calor del comal o el olor de los ingredientes, incrementando mi apetito y deseando tener uno de esos platillos enfrente mio para poder degustar junto con los personajes. Y esto tiene que ver mucho con lo sensual, emocional y pasional que están escritos los párrafos, tanto para mostrarnos la comida, como para reflejar las variadas personalidades de los personajes.


La ambientación me pareció muy buena, ya que con facilidad te lleva 100 años atrás al mostrarnos costumbres y tradiciones ambiguas, además de situarnos en un México en guerra e incertidumbre. Y tengo que reconocer que ese factor me permitió conectar más con nuestra protagonista, Tita, quien se ve perjudicada por una tradición burda y limitaciones innecesarias.


La búsqueda de romance, tanto con la gente como con uno mismo, es el mensaje que más me gustó de esta historia. Incluyendo el goce de libertad, que antes no era tan común como lo es ahora. Además, de mostrarnos como por momentos nosotros mismos nos encerramos al querer quedar bien con los demás, al no seguir nuestras pasiones por no verse mal ante una sociedad injusta y prejuiciosa. Esto último se representa muy bien a lo largo de las doce recetas, y me hace ver que todavía existe en la actualidad.


En cuanto a los personajes, Tita me cayó muy bien y los cambios que sufrió fueron radicales, me gustó mucho ver como crecía y aprendía. Los personajes que dieron paso a la evolución de Tita me parecieron bastante apegados a un personaje clásico de la revolución. Sin embargo, algunos de ellos me parecieron bastante planos, pero considero que eso no afecta el desarrollo de la novela.


Una característica que me pareció fenomenal fue la inclusión de remedios caseros que solamente nuestras abuelitas y bisabuelitas conocían. Tanto para quitar ciertos dolores, olores y sabores. Me trajo mucha nostalgia y me dieron ganas de preparar algunos.


Pasando al desenlace, a decir verdad, no fue de mi total agrado. Me pareció bastante apresurado y muy poco creativo. Al buscar dar mensajes emotivos junto con un par de metáforas hizo que se sintiera forzado el cierre de cada complicación que se dio desde que inició la novela. Si tiene frases poéticas y románticas, pero en lo general el desenlace que se le dio a los personajes pudo haber sido mejor.


Varios de ustedes me mencionaron su experiencia al leer este libro, y una de mis favoritas fue la recreación de los platillos en lecturas grupales. Aquí nos damos cuenta de lo poderosa que es la lectura tanto para mostrar la cultura e historia de un país.



La historia de Tita me llevó a recordar y saborear algunas de las anécdotas que me han contado mis familiares más grandes. Es un auténtico clásico que me conmovió con romances imposibles, crecimiento personal y amor familiar. Los ingredientes que encontrarás en esta novela te llevarán a un recorrido gastronómico que te hará querer comer en cada capítulo.


Ojalá te haya servido mucho esta reseña, si así fue, no dudes en compartirla con tus amigos o familiares que disfruten de la lectura. Si con esta reseña te animaste a leerlo, nada me haría más feliz que saberlo, tómale una foto y etiquétame en redes sociales para poder compartirlo. Me encontrarás en Instagram y Facebook como @cartasdeunlector. Ahí subo contenido exclusivo para que tú puedas aprender nuevas cosas dentro del ámbito literario. Instagram: @cartasdeunlector. Facebook: Cartas de un Lector.

¡Nos leemos en la próxima reseña o recomendación!



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