El remordimiento del hombre, es la consecuencia de la obsesión y desesperación del mismo.
Con únicamente tres novelas, Ernesto Sábato fue un destacado autor argentino perteneciente al boom latinoamericano. Sus obras, con toques existencialistas, hablaban acerca de los abismos de la naturaleza y la rusticidad de la sociedad moderna. El túnel, publicado en 1948, fue su primera novela, la cuál rápidamente fue bien recibida por el público mundial, siendo traducida a diversos idiomas y también llevada a la pantalla grande.
Obtuvo en 1984 el Premio Miguel de Cervantes de Literatura, máximo galardón de las letras españolas.
Un pintor solitario e introvertido, Juan Pablo Castel, está recluido en prisión por haber asesinado a Maria Iribarne. Mientras está tras las rejas, decide escribir lo que aconteció y lo que pasó por su mente antes del fatídico día. De un pintor aclamado por la crítica a un hombre oscuro y obsesionado con librarse de la soledad, El túnel representa la desesperanza y los peligros que conlleva.
Es la primera novela que leo de Sábato, y tengo que reconocer que fue una lectura bastante entretenida. Antes de iniciar la lectura pensé que sería un poco más filosófica y con mucha reflexión acerca de nuestra existencia, y aunque si toca ciertos puntos de este movimiento europeo, mucha de la reflexión surge de manera ligera y con una buena trama.
Me pareció muy bueno el desarrollo del personaje principal, ya que al principio lo conocemos un poco introvertido, temeroso y solitario, y mientras va avanzando la historia empezamos a ver sus rasgos más internos, que son la paranoia, la obsesión, sus frustraciones y sus celos. Considero que todas estas debilidades del personaje hacen que el lector disfrute más de cómo todo poco a poco se va torciendo, y como la mente del personaje cambia la realidad con tal de querer estar en lo correcto.
En si la historia tiene una gran cantidad de momentos oscuros en los que sólo piensas en no toparte con alguien como Castel y aunque esto sea una novela, Sábato refleja con mucha perspicacia la toxicidad que una persona enferma e infeliz puede causar con las personas con las que se rodea. La narración me gustó mucho porque estamos recibiendo todo por parte del mismo asesino, entonces no sólo te percatas de que todo lo que hacía estaba mal, si no también porqué el creía que todo lo que hacía estaba bien.
La novela es bastante corta, aún así habrá partes que tal vez puedan resultar pesadas y muy largas ya que entramos en la minuciosa forma de pensar del protagonista, que constantemente está examinando y analizando cada acto, gesto y palabra que los demás le dirigen. En mi opinión, este es un factor clave para disfrutar la novela.
Para ser mi primer libro de Ernesto Sábato, no me ha decepcionado en lo absoluto, el misterio y la telaraña de pensamientos que se van desencadenando con cada situación hacen que quiera leer más de este autor.
Calificación: 9/10
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